Comer la misma comida todos los días haría que las personas pierdan cierto interés por la comida, empiecen a comer menos, y en consecuencia pierdan peso.
Así lo indico un reciente estudio conducido por investigadores de University of Buffalo en Estados Unidos. El estudio “provee una interesante nueva pieza para el rompecabezas de la obesidad al sugerir que la monotonía en los alimentos podrían en realidad causar una reducción en el consumo calórico”, dijo Shelley McGuire, portavoz de la Sociedad Americana de Nutrición. “El truco será balancear este concepto con la importancia de la variedad y la buena nutrición”, de acuerdo con la portavoz quien fuera referida en un artículo de LiveScience.com.
Eso no evita como lo establece la Autora de Mismos Alimentos Menos Calorías Pilar Munné a saber elegir los productos con criterio. “Somos lo que comemos y comemos lo que compramos”.
La autora nos da consejos tan importantes como el de ser críticos a la hora de hacer la compra, y llevarnos a casa productos con los que se puedan elaborar menús equilibrados y saludables. Para ello es bueno aprender a conocer los alimentos y los productos alimentarios, leer la información nutricional de las etiquetas y ver qué ingredientes llevan. Por lo que es necesario conocer los diferentes productos que uno puede encontrarse a la hora de hacer las compras, con sus pros y sus contras. Además, de aprender a leer las etiquetas nutricionales de los productos, ya que a veces puede resultar confuso si no se está familiarizado con estos términos. También nos recomienda comer menos productos elaborados y cocinar más en casa productos de la tierra, que están llenos de nutrientes y son deliciosos. Por último, comer menos proteína animal. Además, ser respetuosos con el medioambiente y crear riqueza local comprando productos locales y ecológicos.
Para el estudio, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, los investigadores reclutaron 32 mujeres para hacerlas participe de una tarea de equipo. Se les dio una porción de macarrones con queso cada vez que completaron su tarea. Todas las mujeres completaron cinco sesiones durante el lapso del estudio. La mitad de ellas participó en una sesión al día por cinco días consecutivos, mientras que la otra mitad participó una vez por semana durante cinco semanas.
En el grupo de mujeres que comieron macarrones con queso todos los días durante una semana, se encontró que consumieron 100 calorías menos de lo normal cada día al término la semana. En tanto que las mujeres que tuvieron sesiones separadas por una semana, consumieron alrededor de 30 calorías más por día al término del estudio.
Los resultados muestran que comer la misma comida todos los días hace que nos habituemos a ella, mientras que comer semanalmente no lo hace, según lo indicado por los investigadores.