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viernes, 7 de agosto de 2009

Que hacen los malditos flacos para estar flacos!!! 2

LOS DEJO CON ESTE INTERESANTE LIBRO QUE ME ESTA AYUDANDO MUCHISIMO A ENTENDER MI CUERPO Y MI MENTE.--------------

Además de falta de información, tiene una serie de reacciones emocionales que imitan su curación. Debe esforzarse por disfrutar intensamente todo tipo de alimentos, Incluyendo los que pueden provocar incremento de grasa corporal.
Si tiene una calificación menor de siete, no se preocupe, ya que la mayoría incluyendo algunos que se dedican al control de peso) obtiene bajos resultados.
No es tan preocupante la calificación sino el hecho de que muchos se ponen a dieta a pesar de carecer de información acerca de la obesidad, y sobre todo, del daño que pueden causar algunas dietas.

¿Por qué hay tanta confusión alrededor de este problema?
La obesidad es el fenómeno más complejo que existe en medicina y confunde hasta a los investigadores más brillantes.
Pero si utilizamos un poco de sentido común, podemos quitarnos los nudos generados por tanta información contradictoria. Anotaré algunos de muchos razonamientos equivocados que existen en las mentes de los obesos:
• Al comer menos azúcares (pan, tortillas, frutas, etcétera) es obvio que bajo de peso. Entonces la obesidad se produce por comer azúcares.
Falso
• Al reducir la ingestión de proteínas (carnes, o pollo, o pescado, etcétera) efectivamente bajo de peso. En forma consecuente la obesidad es producto de la ingestión de proteínas.
Falso
• Con una dieta sin grasas (aguacate, mantequilla, manteca, etcétera),bajo de peso. Por lo tanto la obesidad es producto de la ingestión de grasas.
Falso
Gran parte de este enredo se debe a que se ha confundido el hecho de bajar de peso con adelgazar, pero:

¡No es lo mismo bajar de peso que adelgazar!
No es lo mismo toser que padecer tuberculosis; y no es lo mismo tener sobrepeso que sufrir exceso de grasa. Más importante aún: bajar de peso no significa que nos estemos curando de la obesidad.
Existe una diferencia abismal entre reducir peso (constatar cambios en la báscula) y adelgazar (eliminar para siempre el exceso de grasa). La reducción de peso se puede lograr mediante la disminución de la ingesta de azúcares (pan, frijoles, frutas, etcétera); grasas (aguacate, mantequilla, etcétera); proteínas (res, pescado, etcétera); o bien reduciéndolo todo. También se logra a través de medicamentos como las anfetaminas, hormonas tiroideas y diuréticos.
De igual manera, la fiebre tifoidea, la diabetes, el cáncer, y muchas otras enfermedades, favorecen la reducción de peso. Esto no significa adelgazar, ya que al controlarse la enfermedad, o al suspender el medicamento o la dieta, se recupera el peso inicial. Ninguno de estos acontecimientos imprevistos convierte a un obeso en delgado. Los delgados están así sin restringir su ingesta de alimentos, sin tomar medicamentos, y sin padecer alguna enfermedad.
Para adelgazar hay que comer como lo hacen los delgados: ¡de todo y en abundancia!
La mayoría de los obesos han pasado su vida bajando de peso (y no adelgazando) con la falsa esperanza de que al final del tratamiento se les va a “fijar” su metabolismo; sin embargo, mientras reduzcan los alimentos es imposible “fijar” el metabolismo.
Al restringir la ingestión de cualquier nutrimento, se genera una serie de alteraciones severas, que son las responsables de que se vuelva a subir de peso. Las dietas sólo bajan de peso.
¡Para adelgazar es necesario aprender a comer!
En una reunión de expertos en obesidad, se concluyó que debido a las alteraciones metabólicas generadas por la limitación de alimentos, no existen dietas, medicamentos, o procedimientos quirúrgicos que logren curar la obesidad (NASO, 1997).

¿Cómo puede saber si ha bajado de peso o adelgazado?
Muy sencillo: si ha recuperado algo de lo que había bajado (o subió un poco más), significa que solamente bajó de peso. Se quedó corto en su anhelado deseo de adelgazar. Para adelgazar debe comer de todo y en abundancia. La única opción para curar la obesidad es cambiar la conducta de gordo por la de “un maldito flaco”.
La obesidad debe definirse en términos de conducta, además de porcentaje de grasa corporal (más de un 30% de grasa corporal total en la mujer y un 25% en el hombre). Mi clasificación incluye la siguiente definición conductual:
1 Gordo evidente
2 Gordo disfrazado de flaco
3 Gordo alivianado
4 Maldito flaco
El “gordo evidente” tiene exceso de grasa corporal (más de un 25% o 30% según el sexo). Respecto a su comportamiento, come con miedo, y/o culpa, se obsesiona por la báscula, rechaza su cuerpo obeso, tiene baja su autoestima y practica los hábitos de un gordo. Es un gordo por fuera y por dentro.

El “gordo disfrazado de flaco” es una persona con un cuerpo normal; incluso puede tener bajo contenido de grasa corporal total. Sin embargo, logra este cuerpo esbelto por medio de dietas, ejercicio, medicamentos, masajes, etcétera
Ni las bulímicas (personas que vomitan todo lo que comen), ni las anoréxicas (personas que no comen nada) pueden clasificarse como “malditas flacas” aunque estén esbeltas, ya que su conducta es idéntica a la de un gordo evidente. Son flacos por fuera y gordos por dentro.
El “gordo alivianado” tiene exceso de grasa en su cuerpo, pero no teme a los alimentos, ni siente culpa al ingerirlos. Acepta su cuerpo obeso y tiene una elevada autoestima. Ha cambiado sus hábitos de gordo por los de un “maldito flaco” y sabe que tarde o temprano eliminará su exceso de grasa. Es un gordo por fuera, pero un flaco por dentro.
El “maldito flaco” come sin miedo ni culpa, no necesita hacer ejercicio, ni tomar medicamentos, o aplicarse masajes para estar flaco. Logra un cuerpo esbelto a través de su apropiada conducta alimentaria. Es un flaco por fuera y por dentro.
En este libro se plantea la manera de adelgazar y convertirse en un “maldito flaco” (cambiar conducta y bajar definitivamente de peso), en vez de un “gordo disfrazado de flaco” (reducir exceso de peso para luego recuperarlo). Para llegar a ser un maldito flaco se requiere tener paciencia y prudencia. Descubrirá la manera de adelgazar comiendo, pero debe entender que requiere de constancia y disciplina. Aprender a comer de todo para adelgazar, es tarea difícil, pero ¡muchos ya lo han logrado!

¿Cuáles son las diferencias entre un programa que adelgaza y uno que baja de peso?
Anotemos algunas reglas de un programa que adelgaza:
1. Incluye todos los grupos alimentarios. Si en algún programa prometen que lo van a curar de obesidad, pero limitan un alimento, le están mintiendo; sólo lo están bajando de peso.
2. Permite comer lo suficiente para estar satisfecho en todo momento del día: la idea es comer para adelgazar.
3. Permite disfrutar. La comida, además de ser útil para la supervivencia, tiene la gran ventaja de provocar placer. Cada vez que usted come, sobre todo si su cuerpo lo requiere, vive una intensa sensación de bienestar. Esto se debe, en parte, a la liberación de unas sustancias conocidas como endorfinas. Si un programa brinda placer, hay una razón más para seguir con él. Esto asegura adherencia a largo plazo y la solución definitiva de su problema.
4. Ajusta medidas: si en un programa de reducción le insisten en que lo más importante es la báscula, es porque no saben cómo disminuir tallas sin reducir peso. El peso es el elemento que menos interesa en la curación de la obesidad. Desgraciadamente, los obesos se concentran en la báscula porque ¡no saben adelgazar! El programa que cura la obesidad también moldea el cuerpo, aun cuando la báscula permanezca igual, e incluso aunque en ocasiones suba de peso.
5. Es lento pero a la vez definitivo: el incremento de grasa corporal conlleva a una serie de cambios metabólicos. Las reducciones espectaculares de peso y medidas no le dan suficiente tiempo al cuerpo para rectificar las alteraciones orgánicas; por ello se vuelve a subir.
Es necesario que pase cierto tiempo para que se ajusten los procesos químicos. Al metabolismo le importan muy poco las necesidades emocionales del obeso al querer bajar rápidamente. Si reta al organismo con técnicas para provocar una reducción rápida de peso, su cuerpo, mente y alma saldrán perdiendo!
6. Provoca cambios de conducta: un pastel puede adelgazar o engordar de acuerdo a la forma en que se coma. Esto se explicará con más detalle al final del libro (una vez que haya aplicado los programas de reducción).
De acuerdo a resultados observados en la consulta y en los talleres que he impartido, los participantes presentan cambios de comportamiento biológico después de cuatro semanas de aplicar correctamente el programa. Su cuerpo les pide comida cada dos o cuatro horas, manifiestan alteraciones digestivas cuando ingieren grasas en exceso, e incrementan en forma inadvertida la ingestión de frutas y verduras.
El cambio de hábito (realizar una conducta repetitiva fuera de conciencia y en excelencia) se genera después de 12 semanas de seguir el programa. A partir de ese momento, y si aplicó las recomendaciones con esmero, la alimentación que adelgaza se habrá convertido en una conducta inconsciente.

¿Qué opciones se tiene para aprender a comer y adelgazar?
Debido a la extensa variedad de alimentos disponibles, es posible hacer innumerables combinaciones y, por lo tanto, se pueden elaborar miles de programas de reducción. Ante tanta diversidad lo sensato es iniciar con los programas más prácticos.
En mi libro Las Dietas Engordan Comer Adelgaza presento una serie de menús rígidos para que los obesos puedan demostrarse que efectivamente comer adelgaza. Este nuevo libro viene a llenar un enorme hueco que generó el anterior: la variedad.
Si desea una reducción rápida de peso y medidas a través de un programa que le indique con exactitud qué hacer, el libro Las Dietas Engordan Comer Adelgaza le brindará los resultados deseados. Si ya aplicó esas recomendaciones, y ahora desea variedad, o bien, si está dispuesto a cambiar un programa rígido por uno más flexible (decisión sensata) aplique con esmero las recomendaciones que aquí planteo. También puede combinar ambas técnicas. La manera de hacer esto se explicará en los últimos capítulos.
Asimismo, puede obtener asesoría de un profesional de la salud entrenado en el Sistema Bolio. De esta manera podrá elaborar un plan personal de reducción que se ajuste a sus hábitos. Es posible que la información de ambos libros, o de la consulta individual, sean insuficientes. Para lograr curar la obesidad, en ocasiones es necesario desarrollar nuevas habilidades, además de seguir un programa de reducción; el proyecto más ambicioso es el Taller de Cambio de Hábitos de Alimentación, que entrena al participante para que elabore su programa personalizado de reducción. En él se desarrollan estrategias tan interesantes como la de comer antojos para adelgazar (técnica que denomino “aprendiendo a escuchar al cuerpo”). Además, se enseñan muchas otras habilidades como la administración del tiempo, el autocontrol del estrés, y técnicas de relajación.

Usted cuenta con cuatro extraordinarias opciones para cambiar su conducta alimentaria de gordo, por la de un flaco. Estas opciones, además, son complementarias.
Si estas opciones son insuficientes, puede encontrar más alternativas en internet, en las siguientes direcciones:
www.BolioSystem.com
www.QueHacenLosFlacos.com
www.MalditosFlacos.com
www.PlacerDeCocinar.com
www.LasDietasEngordan.com

Conclusiones
Evidencias científicas recientes demuestran que la obesidad puede curarse, y esto se logra precisamente mediante la ingestión de todo tipo de alimentos. Para lograrlo es necesario cambiar la conducta alimentaria, en vez de dejar de comer. Dicho de otra manera, se tiene que aprender a comer.

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