LOS RESULTADOS
Muchas veces me he preguntado por qué se requirió de tanto tiempo para que este programa empezara a dar resultados.
Desde hace diez años había descubierto que para adelgazar, se puede comer en abundancia y con equilibrio; sin embargo, fue hace tres años cuando empecé a observar reducciones espectaculares en mis pacientes.
Tal vez cuando alguien escucha por primera vez que comer adelgaza, concluye que se trata de un programa de charlatanería, o bien que es una estrategia mágica.
Actualmente se cuenta con suficiente apoyo científico para asegurar que esta técnica funciona.
Quien lo desee, puede revisar los resultados del Multiple Health Risk Factor Intervention Trial (MHRFIT) llevado a cabo en los Estados Unidos y Canadá. Los resultados se publicaron en el American Journal of Clinical Nutrition en enero de 1997. Los varones que redujeron y mantuvieron un peso bajo, practicaron las mismas recomendaciones que marca este libro: incrementaron la ingesta de azúcares no refinados, redujeron la cantidad de proteína de origen animal y sustituyeron la grasa animal por aceites vegetales.
Tampoco se trata de un programa mágico. No es una varita que sólo necesita de un buen deseo para funcionar. Se requiere de gran disciplina y constancia. De hecho, el programa es muy celoso: al aplicarse sin rigor, se obtienen menores resultados.
Es importante anotar los obstáculos y errores más frecuentes que se cometen al aplicar este método, y que pueden mermar los resultados: ¡Evítelos! y logrará que puedan llegar a ser espectaculares.
Perfeccionismo
La conducta perfeccionista influye de dos maneras: primero, evita que se inicie el programa si existe la posibilidad de fracasar. Y como siempre es posible cometer errores, jamás lo inician. En segundo lugar, cuando inician y fallan, suspenden el programa. Desean hacer las cosas ¡tan bien! que jamás lo logran.
Es de humanos errar, y la mejor actitud que podemos tomar es la de los grupos de Alcohólicos Anónimos: “sólo por hoy”. Si ayer cometí errores, no importa: seguiré adelante hoy. No debo preocuparme por el mañana, hasta que llegue.
Adherencia
Es un término utilizado en medicina para indicar la forma en que los pacientes aplican su tratamiento. Lo ideal es seguirlo en la dosis indicada, el tiempo marcado, y las veces recomendadas. En los Estados Unidos se han llevado a cabo estudios de adherencia, y se ha encontrado que los pacientes sólo cumplen con el 80% de las recomendaciones. ¡Sospecho que los países latinos tienen una adherencia mucho más baja! Si desea curarse de obesidad deberá aplicar este programa lo mejor posible (más no con actitud perfeccionista). A la adherencia puede fallar de tres maneras:
1. Comiendo más de lo indicado: ésta es una falla mínima, ya que al respetar el resto del programa, de todas maneras bajará de medidas (aunque más lentamente).
2. Comiendo menos de lo indicado: es una falla verdaderamente grave que favorece que a la larga recupere todo lo que había bajado. Debe ingerir lo indicado en las cantidades marcadas aunque no tenga apetito, o aunque haya ingerido comida extra.
3. Disminuyendo la frecuencia de ingestión de alimentos: se indican siete alimentos por día; al reducir este número bajará más lentamente la circunferencia del tórax. Si por alguna razón se brincó un alimento, deberá de comerlo en otro momento del día, aunque no tenga hambre.
La mejor forma para que logre establecer adherencia es anotando todo lo que ingiere. No confíe en su memoria, pues flaquea cuando trata de recordar si comió o no pasteles, golosinas, o lechugas. Los alimentos ingeridos en exceso causan menos problemas que los alimentos que se dejan de comer.
Uso de medicamentos para eliminar grasa
Cualquier programa que utilice alguna sustancia para complementar la dieta favorece la recuperación del peso eliminado. Al tomar medicamentos se reduce la oportunidad o el deseo de modificar la conducta. Por lo tanto, al suspender la medicación se recuperan los hábitos antiguos. Si desea curarse siga el camino difícil: utilice sólo la comida y el deseo de reducir.
Miedo
Si durante años ha escuchado que comer engorda, y de repente se topa con este libro, seguramente tendrá serias dudas sobre lo que está leyendo. Pero tarde o temprano llegará a la misma conclusión que miles de obesos: dejar de comer sólo reduce el peso en forma temporal, no hay manera de evitar que se vuelva a subir.
Si ha actuado como la mayoría de los obesos, ya intentó una serie de técnicas un tanto absurdas (como eliminar cereales porque dicen que engordan). Si cree que ésta es otra estrategia absurda, nada pierde con aplicarla, ¡al igual que todas las locuras previas que ha intentado! Y si le funciona, ya tiene la evidencia necesaria para seguir comiendo a pesar del miedo que le tenga a la comida.
Culpa
La sensación de culpa tiene mucho que ver con el miedo. La diferencia es que éste se presenta antes de comer un alimento que se supone que engorda, y la culpa aparece después de haber comido el alimento que generó miedo.
Es aquí donde el obeso vive el éxtasis y la agonía: éxtasis al estar comiendo algo que engorda, y agonía por haberlo comido. Para tratar de “lavar la culpa” es usual que practique un ayuno prolongado.
Esto incrementa la posibilidad de ingerir alimentos ricos en grasas; y al volver a comer un alimento que engorda, inicia la cadena: culpa, ayuno, etcétera.
Entre ayuno y glotonería se genera un círculo vicioso. Al comer algo “extra”, la mejor opción es seguir comiendo lo indicado en el programa. Si por alguna razón comió un kilo de pastel y en la cena no tiene hambre, el castigo será comer lo indicado ¡sin hambre! Créame, esa es la actitud mas lógica, sensata, y que cura la obesidad.
Soberbia
Si existe algo seguro, es que millones de “expertos” en obesidad desconocen por completo el tema, y permanecen ciegos a su ignorancia. Pregunte a unas cinco personas la manera en que resolverían la obesidad, y obtendrá respuestas ridículas y absurdas como: “lo que falta es fuerza de voluntad”, “solo se necesita dejar de comer”, “la solución es: no tortillas, frijoles ni plátanos”, etcétera.
Les aseguro que la obesidad es muy compleja y que existen miles de páginas escritas alrededor de ella. Afortunadamente, una enfermedad tan compleja se soluciona de una manera sencilla: comiendo. La mejor manera de convencerse de que este programa funciona es comiendo y adelgazando.
Falta de tiempo
Este es un problema grave -y muy común- de nuestro tiempo. Se vive rodeado de tanta información y se tiene que cumplir con tantas actividades: profesionista, padre, madre, pareja, etcétera. Tal parece que no hay tiempo para comer.
La queja que más escucho en la consulta es que no existe suficiente tiempo para preparar alimentos, o para ingerir los que se han preparado. Usted debe comprometerse para abrir espacios en su vida, tan atiborrada de actividades, y comer lo que le toca.
Estrés
En múltiples investigaciones se ha demostrado que el estrés modifica el apetito. ¿Verdad que en ocasiones se encuentra tan ansioso que se le olvida comer? Muchas veces busca alimentos que mitigan el estrés y que son muy sabrosos, ¡pero mal balanceados! De tal manera que deja de comer lo saludable (frutas, verduras y leguminosas) por engullir alimentos ricos en grasa de origen animal (pasteles, helados, etcétera). Si vive bajo estrés busque la manera de reducirlo a través del ejercicio, meditación, yoga, técnicas de relajación, apoyo de grupos de autoayuda, terapia de un psicólogo, etcétera.
Exceso de confianza
Algunos de mis pacientes recuperan peso y medidas después de haber logrado reducir comiendo.
En un programa a largo plazo es conveniente que se vigile en forma periódica la aplicación adecuada de las recomendaciones alimentarias.
Vale la pena que en la primera semana pese y mida diariamente los alimentos indicados. Después puede repetir la rutina cada siete días.
También es conveniente que anote todo lo que ingiere (incluyendo desórdenes) en un papel. Éstas, o cualesquiera otra acción que lo ayude a estar atento al programa, logrará resultados espectaculares a largo plazo.
¿Durante cuánto tiempo deberá repetir la rutina de pesar y medir los alimentos? Mínimo durante tres meses (cada siete días); lo ideal sería durante un año completo.
Como ve, existen muchas razones para aplicar este programa en forma inapropiada. Pero en el lado contrario está la mejor razón para hacerlo bien: el deseo de curarse. En ocasiones se requiere de ayuda para lograr el cambio permanente. Como ya se mencionó puede buscar ayuda profesional de un psicólogo, grupos de autoayuda como “Comedores Compulsivos” o bien en el “Taller de Cambio de Hábitos de Alimentación” impartido por personal entrenado en el Sistema Bolio.
¿Cómo puedo saber si requiero apoyo?
Primero intente realizar el programa por su cuenta, o con algún amigo. Si los resultados son menores a los deseados, inténtelo en una nueva ocasión con las recomendaciones indicadas.
Conclusiones
Coma todo lo que indica este libro, aunque tenga miedo, sentimiento de culpa, estrés, poco tiempo, poca credibilidad, o cualquier otro pretexto que encuentre para dejar de comer.
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